Por: Sayle Lemos
Se
acerca Octubre y con el, las fuertes y frías lluvias que llegarían a inundar
las calles quiteñas. Jueves por la mañana y para Santiago era un día como
cualquier otro, se había convertido en su nueva rutina, despertar a las cinco
para comer lo que pudiera alcanzar y salir corriendo al hospital Andrade Marín a
salvar vidas de la terrible influenza que ya para entonces había alcanzado
gran parte del país.
Su
profesión lo era todo para el, hace un año que egresó de la Universidad Central
del Ecuador, la cual para el, fue el mejor centro de enseñanza que pudo tener
en la vida. Desde entonces se ha dedicado a lo que ama para poder obtener
buenas recompensas de todo lo que sacrificó durante seis años.
El
sol ya estaba en su punto de partida; anaranjado y triste, como diciéndole
adiós a la ciudad. Santiago se encontraba en su silla revisando algunos
documentos y esperando el próximo paciente. Vaya sorpresa la que se llevó
cuando vio entrar por la puerta a una hermosa perrita de ojos azules, orejas
largas, estatura mediana y pelaje abundante color café con manchas blancas.
-¡Hola
pequeña!, ¿tu serás mi paciente hoy?
Le
dijo a la perrita mientras no podía contener la risa. Atrás de ella apareció
una señora bastante mayor, de ojos cafés con una mirada muy tierna, su cabello
era gris y ondulado, lo cual demostraba su avanzada edad. Llevaba puesto un
vestido con estampados de flores que llegaba hasta sus rodillas y un bolso negro muy grande en su mano
izquierda, mientras que en su mano derecha llevaba a la perrita.
-Disculpe
Doctor, mi pequeña Brandy es un poco inquieta y antes de que pudiera golpear la
puerta ella se adelantó a entrar.
-No
se preocupe señora, me encantan los animales y más si son tan juguetones como
Brandy. ¡Disculpe si no me presenté bien! Soy el Dr. Santiago Lemos para
servirle.
-Muchísimo
gusto Dr. Lemos, mi nombre es Carmen y, bueno, a Brandy creo que ya la conoce
muy bien.
Mientras
atendía a la señora no podía dejar de observar a la perrita, hace mucho que no
sentía esas incontenibles ganas de jugar y abrazar a un animal. Al final de la consulta se
despidió de Brandy y la señora, pidiéndoles que vuelvan pronto aunque sea a saludarlo.
Mientras
jugaba con su esferográfico sentado en su escritorio a su mente llegaron
recuerdos de cuando tenía diez años, era un niño muy inteligente y sensible,
tenía un corazón muy grande y además de realizar muchas actividades extras,
hacia algo que no todos los niños a esa edad pueden hacer. Santiago amaba a los
animales y tenia mucho sentimiento por esos que viven en la calle, los que se
quedan sin un hogar o nacen sin el y son rechazados. Desde gatitos, perritos y
hasta conejos todos el los recogía. A pesar de los fuertes regaños por su madre,
que no lo hacia por mala persona, sino por preocupación; el se divertía y
sentía feliz de lo que hacia. Su padre que lleva su mismo nombre “Santiago
Lemos”, recuerda como lo ayudaba para poder albergar a los gatitos y perritos
que traía a la casa y alojaba en el garaje. Le solía cantar la canción “mi
perrito de ocho sucres” de el famoso cantante y compositor de música protesta
Jaime Guevara. Son recuerdos que son para eso, para recordarlos y disfrutar de ellos,
dice su padre.
Eran
las diez de la noche y la luna brillaba en todo su esplendor. El cansancio
empezaba a notarse en los ojos del Dr. Solo necesitaba llegar a su casa y
descansar para empezar un nuevo día horas después.
La
alarma de su carro sonó, abrió la puerta y se sentó muy cómodamente, sus ojos
se cerraban a instantes pero consciente de que estaba manejando y debía llegar
pronto a su casa. Las luces estaban altas y podía visibilizar todo en el
camino. Todo iba bien, hasta que de un momento a otro una mancha blanca
apareció de entre los arbusto alrededor de la calle, se lanzo a la vía, el auto
estaba ya cerca y solo se oyó el chillido de los frenos.
Bajo
del auto muy asustado; para llevarse una inmensa sorpresa. Jamás pensó
encontrar a una hermosa gatita muy pequeña, ojos azules como el cielo y blanca
como la nieve, fría y temblando del miedo. Lo primero que pensó es en
recogerla, se sacó su chaqueta y la arropó para que no sintiera mucho frío, la
llevo al auto y juntos se fueron a la que hoy es el hogar de la gatita “Luna”.
Pero
no todos pueden correr con esta suerte un poco casi trágica por la que pasó
Luna. En el Ecuador son muchos los perros y gatos que transitan y viven en las
calles, sobre todo los perros. Según un articulo publicado por Diario El Nacional
en Abril del 2013, en Quito se estima que existen 400 mil perros, pero de estos
hay cerca de 280 mil (70%), que viven en la calle, esto según declaraciones de
Guillermo Altamirano, director de inspección de la Agencia Metropolitana de
Control, quien sostiene que el 90% de estos animales tenían dueños, pero fueron
abandonados.
Santiago
vive en el sector de Capelo ubicado en el Valle de Quito, para llegar a su casa
debe manejar por varias vías en donde se pueden visibilizar perros y algunos
gatitos caminando por las calles al borde la muerte, ya sea por no comer, por
el frío de las fuertes lluvias o al contrario por el fuerte sol que tiene el
bipolar clima de Quito. Su hermana también ama a los animales y hace lo posible
para ayudarlos. Hace lo posible para conseguir refugio a gatitos que no lo
tengan ya sean de familiares y amigos o que se encuentren en la calle. Hace un
mes adoptó dos gatitos machos que ya no podían vivir con su madre y la dueña de
esta. Vive en el sur de la ciudad en el sector del mercado Mayorista y señala
que es uno de los lugares donde más se presenta este fenómeno, los animales van
en busca de algo que comer y quizás en busca de un poco de amor humano.
En
Quito hay 400 mil canes entre callejeros y mascotas según el Municipio y el PAE
(Protección Animal Ecuador) acoge a 140 de la calle.
El
Programa de Adopciones que PAE mantiene, busca proveer a los animales
rescatados, abandonados y/o maltratados, de un lugar estable y seguro donde
morar el resto de su vida.
PAE
mantiene centros de adopción que son los lugares donde se mantienen a los
animales rescatados, proveyéndoles de agua, comida, tratamientos y cuidados
para su estabilidad física y emocional.
Esta
información se puede encontrar en la pagina web del PAE o asistiendo
personalmente al sitio y requiriendo información necesaria.
El
PAE se encarga de recoger y esterilizar a perros y gatos que se encuentren en
las calles en estados deplorables, asistiéndoles medicamente en sus clínicas
veterinarias con profesionales aptos para atenderlos. También reciben a
animales que las personas encuentran o en ocasiones los mismos dueños que por
alguna causa ya no los pueden tener y deciden dejarlos allí para que puedan
encontrar una familia que si pueda tenerlos y darles todo el cariño necesario.
Pero
no es muy fácil, para estos pequeños seres encontrar un hogar tarda mucho
tiempo, actualmente la sociedad en la que vivimos se rige bajo estereotipos y
no les gusta adoptar un perro o gato callejero, prefieren comprar en centros
comerciales otros que sean de “raza”. Cuando raza debería ser una palabra que
comprenda a todos los animales sin distinción. Debería ser catalogado como el “racismo”
en las personas. Todos deben tener un hogar sin importar como sean y todos deberían
colaborar para que este fenómeno no se propague más.
Actualmente
la Agencia de Control del Municipio es la encargada de los operativos para
verificar el cumplimiento de la Ordenanza 48 que rige la tenencia de mascotas
en el Distrito. En el caso de los perros callejeros, el Municipio solo se
encarga de esterilizarlos para después soltarlos nuevamente en las calles. Esta
es una de las campañas que promueven la mayoría de centros de protección
animal.
En
un artículo publicado por El Telégrafo el martes 22 de octubre del 2013, se
explica que la Comisión de Biodiversidad y Recursos Naturales de la Asamblea
propuso la elaboración de un censo canino y felino para contar con información
estadística y así tomar medidas a largo plazo de respeto a las mascotas.
En
el documento se redacta que Rolando Panchana,
ponente de este proyecto y presidente de la Comisión de Biodiversidad y
Recursos Naturales de la Asamblea Nacional, se refirió a la necesidad de
establecer una normativa global en el país, ya que al momento solo algunos
municipios se hacen cargo.
El
informe del proyecto de ley detalla las infracciones leves, graves y muy graves
que asegurarían el cumplimiento de esta
normativa. En el primer grupo consta la compraventa de animales domésticos y de
compañía en establecimientos no autorizados; también, no informar a las
autoridades o entidades colaboradoras que un animal de compañía requiere ayuda.
Además,
si un propietario no ha inscrito al animal en el registro del gobierno
municipal respectivo para obtener el certificado sanitario anual sería
sancionado con multas desde el 50% hasta el 100% de una remuneración
básica.
Establece
como sanción grave sacar perros considerados no mascotas (pitbull, rottweiler,
doberman) a espacios públicos sin bozal; no auxiliar a un animal doméstico
cuando fuera atropellado; no proporcionar atención médica veterinaria por lo
menos una vez al año y otros parámetros más. Esta multa equivaldría a entre una
y dos remuneraciones básicas.
Actualmente
Santiago Cumple con todos los requisitos de este proyecto de ley, el cual
mantiene una nueva esperanza para los animales si resulta aprobada. Luna es la
gata mas consentida de su casa, tiene su propia cama, caja de arena y enormes
platos donde comer y tomar agua. Su dueño esta pensando ir pronto al PAE a
adoptar un perro para que tenga un nuevo amigo y así poder darle un hogar a un
pequeño ser que lo necesita.
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