LA FERIA DE
TOROS “JESÚS DEL GRAN PODER” LLEGÓ A
TAMBILLO
Por : Lenin Vilatuña
Desde el sábado
30 de noviembre se escuchó el ¡Viva Quito! en Tambillo
Habitantes de Tambillo se organizaron para recibir la feria. Jóvenes de la parroquia no
estuvieron de acuerdo con esta llamado arte de matar al animal.
En el cantón Mejía, a
30 minutos al sur de Quito, se encuentra
la parroquia de Tambillo. Por su estratégica ubicación, Tambillo es la entrada a la capital, tanto
para los viajeros del sur del país, como para los de la costa ecuatoriana. Esto
hizo que Marco Galindo, principal empresario a cargo de la organización de la
feria, escogiera este lugar, porque en la Consulta Popular del 2011, donde se
propuso que se eliminen las corridas de toros con la muerte del animal, el
cantón Mejía, respondió con un rotundo NO, lo que no ocurrió en el Distrito Metropolitano
de Quito, en donde se votó para que se suspendan las corridas.
En rueda de prensa, el lunes 25 de noviembre y según
Diario el Comercio, Edwin Yánez, alcalde de Mejía, anunció que por falta de
permisos la feria quedaba suspendida. Luego de eso, el martes 26 de noviembre
del 2013, el Gobierno Autónomo Descentralizado
del cantón Mejía en conjunto con la Comisaria de Salud, Higiene y Ambiental
Municipal, en un comunicado de
autorización, otorgaron los permisos correspondiente para que el fiesta brava
se desarrolle con normalidad. Comerciantes y habitantes de Tambillo comenzaron
a preparar y a organizar los negocios para recibir a las más de 2000 personas
diarias que se hicieron presentes en la plaza portátil en la hacienda de
Ricardo Izurieta, reconocido taurino.
La última semana, antes del evento, hubo de mucho
movimiento en las calles de la parroquia. Los vecinos se organizaban, y hacían mingas en las principales fachadas.
Familias enteras limpiaban y ordenaban los patios de las casas, para ubicar un
negocio propio o para arrendar el pequeño espacio a no menos de 150 dólares por
día.
Con los primeros rayos de luz, el primer día de feria
las calles de Tambillo, en especial las más cercanas a la plaza, amanecieron
distintas. El bullicio sorprendió a los vecinos, el silencio y la tranquilidad
de siempre desapareció. Decenas de comerciantes descargaban de camionetas todo
tipo de productos, desde bandejas llenas de cerdos hornados, hasta cuadros en
lienzo con motivos taurinos.
Para el Ingeniero Diego Cueva presidente del Barrio
Tambillo Viejo, lugar exacto donde se instaló la plaza portátil, este evento fue
una gran oportunidad para que el barrio
se diera a conocer a nivel nacional, y sin duda fueron un sin número de fuentes
de trabajo que se crearon alrededor de la feria. Asegura que el GAD de Tambillo,
ayudó con pintura para las fachadas de las casas ubicadas alrededor de la plaza y con el arreglo de
entradas principales a la localidad.
Son las nueve de la mañana del segundo día de feria y
Rosa Utreras, moradora de Tambillo, que ha montado un negocio de comida típica
en las afueras de la plaza, comienza a pelar papas para preparar los platillos
favoritos de los visitantes, que en su mayoría son los mismos vendedores de
artesanías, cuadros, y policías a cargo de la seguridad del evento. Sus labores
terminan a las cuatro de la tarde, hora en que deja limpiando su negocio para
le fiesta del día siguiente.
Lo mismo ocurrió con Yolanda Gómez, que por iniciativa
propia, con toda su familia y aprovechando el patio de su casa, ubicado muy
cerca de la entrada de la plaza, montaron un negocio de comida, donde ofrecían
almuerzos, arroz con menestra, chuleta y la tradicional chicha que a todos los
visitantes de su negocio encantó. “No me gustan los toros, pero sí quisiera que
vuelva el próximo año la feria”, afirmó
Yolanda, ama de casa de 49 años.
Por otro lado, jóvenes tambillenses, nunca
estuvieron de acuerdo con la llegada de esta llamada tradición, en donde se tortura
hasta la muerte al animal. Para Karla Cepeda, de 21 años, este evento no
debería realizarse en ningún lado, por respeto a la naturaleza. Piensa lo mismo
Vinicio Tipán de 25 años, a quien no le gustan las corridas, pero acepta que fue
una oportunidad económica inmejorable
para los habitantes de Tambillo, ya que las personas que se dieron cita al
evento dejaron mucho capital.
Así
terminaron 6 días de feria taurina. Con la alegría de muchos de los vecinos que
con mucho esfuerzo lograron vender sus productos en su totalidad, pero también con el descontento de otros, ya
que por ubicación y falta de organización, no corrieron con la misma suerte, se
quedaron con muchos de sus objetos que tenían planeados vender durante la
feria.
“No me gustan las corridas, pero en lo personal si
quisiera que vuelvan hacer la feria, por lo que significa económicamente para Tambillo” Ingeniero Diego Cueva, presidente del Barrio
“Tambillo Viejo”
“La feria solo es un simple cambio, ahora gritamos
¡viva Quito! Desde Tambillo”.
José Rodríguez, morador de Tambillo.
“A comer solo llegaron los curiosos, mas no la gente
que vino a ver los toros” Rosa Utreras,
comerciante de Tambillo.
“No me parece que esta sangrienta tradición se de en
nuestra parroquia.” Karla
No hay comentarios:
Publicar un comentario