CRÓNICA
LA VENTA ILÍCITA DE LICOR ARTESANAL
(PUNTAS) EN EL BARRIO DE SAN BLAS
POR: Betsabé Bolaños
En el
tradicional barrio de San Blas, entre las calles Pedro Fermín Cevallos y
Antepara, la helada de las 7:00 am acompaña a los “borrachitos” que buscan a
las vendedoras de “puntas o guanchaca”.
Con las manos en los bolsillos, un poco impaciente, los ojos desorientados y
saltones que parecían dos pelotas pequeñas, los dientes amarrillos de oro,
Jhonny de 19 años golpeaba una de las puertas en donde se expende alcohol “Nosotros
tenemos nuestras huecas”. Una señora de avanzada edad, salió a recibirlo, sus
arrugas acentuadas denotan experiencia que la hacen inexperta en un mundo lleno
de nuevas vivencias. De lejos Jhonny hace señas, dice que el conoció las huecas
porque su abuelito le envía a comprar puntas para hacer los canelazos, al cabo
de un momento aprieta la botella plástica, la destapa y se la lleva a la boca
diciendo “ahora si me pegaré mi traguito, lo bueno es que podemos conseguirlo a
toda hora aquí en el barrio de San Blas”.
En el
transcurso del día, varias señoras llevan consigo fundas plásticas negras en
ellas guardan las botellas con el tan famoso licor artesanal. Esta actividad se
ha desarrollado desde hace mas de 50 años en el sector, según Marcelo Paz de 62 años de edad morador y dueño de un local en la calle Antepara,
la venta de alcohol se ha dado
desde que era un niño pequeño hasta el día de hoy, recuerda que San Blas hace
mucho era la parada de la cooperativa de transporte Minas
“desde ese entonces con el pasar de los días la venta aumento y trajo
consigo inseguridad al sector”.
“Nosotros
salimos junto con la directiva y la policía a los operativos” dice uno de los dueños del bazar “Denizze” ubicado en la misma calle, mientras
su esposa barre el local y se apresura limpiando las vitrinas como alma que
lleva al diablo, aseguran que “la delincuencia es producto de la venta de licor
y droga en el sector”, dicen también
haber observado en repetidas ocasiones que el alcohol es desembarcado en galones grandes muy grandes y canecas de camiones y camionetas. Después de haber
terminado el aseo la señora de unos 70 años aproximadamente, mientras come unas
cuantas papas dice que “el local donde expenden licor aparenta ser un local
comercial donde se venden camisetas deportivas pero en realidad es para desviar la atención de las autoridades y esconder la
verdadera actividad, la venta de puntas, la Comisaria cierra estos lugares,
multan pero sin embargo siguen emitiendo permisos de funcionamiento a las
mismas personas”.
La Directiva del Barrio se
ha manifestado varias veces, según Elizabeth Argotty secretaria del Comité Pro
Desarrollo del barrio “Tola Colonia San Blas” cuenta entre risas, su frente
serena y firme, su risa suave y callada, segura de si misma, su collar resalta
aquella blusa negra que disimula muy bien sus gorditos, mientras las ondas de
su cabello un poco canoso por la edad destellan luminosidad. Mientras sus
tiernas expresiones cautivan a todos los que escuchan su relato. Mientras varios
de los presentes desconocían sobre ciertas cosas, Elizabeth lo sabía todo, como
dirigentes barriales han presentado las denuncias necesarias ante la entidad
correspondiente, donde manifiestan la preocupación de los moradores por la
venta ilegal de alcohol en el sector, la Comisaria del Distrito Manuela Sáenz
conjuntamente con la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) del sector han
realizado operativos de control de venta de alcohol sin registro sanitario,
para garantizar la salud y seguridad ciudadana se han clausurado varias veces
los locales de expendio pero a pesar de esto los sellos son retirados unas
horas más tarde.
Sentado mirando las noticias
mientras hace guardia él sargento Quinzo de la
(UPC) conversa con la señora Elizabeth, en el barrio los operativos se
realizan con frecuencia, “las personas dicen que los policías no hacemos nada,
pero que podemos hacer si nosotros nos encargamos de incautar el trago,
clausuramos y detenemos a esas personas inconscientes del daño que hacen, los
llevamos al Regimiento Quito y lo único que les hacen es tenerles de 12 a 24 horas
y pagar una multa de $ 2.00. Dígame usted ¿cómo podemos luchar contra eso? al
cabo de unos segundos el responde a su interrogante. Simplemente no podemos combatir contra eso a quien deben
pedir explicaciones son a los comisarios” lo dice en tono gruñón.
Con paciencia y muy
sonriente, el Capitán Cristian Vargas jefe del circuito N. 4 del sector
"La Tola”, me recordó aquel tío lejano que a pesar de las adversidades
manejaba incluso los temas más serios con una pizca de alegría, sin dejar a un
lado el tema el Capitán supo manifestar que los operativos para incautar el
alcohol se realizan cada fin de semana (jueves y viernes) “es un trabajo en
conjunto, entre Policía Nacional, Comisaría de uso de suelo, Comisaría de
Salud, Comandancia Nacional de Policía, con esto ayudamos a combatir el problema de Salud e Inseguridad
existente”. Frente al dilema de las
clausuras, si el local es cerrado por
tercera vez implica un cierre definitivo, sin embargo manifiesta su
malestar al ver que esto se incumple, “nuestro trabajo no es tomado en cuenta,
nosotros parece que trabajamos en vano, no tenemos el apoyo de las
autoridades”. Este tipo de operativos para incautar el licor artesanal, no
solamente se realizan en el sector de San Blas sino también en la 24 de
Mayo, San Roque y la Ronda.
Aquellos
ojos gatos, con una sonrisa de oreja a oreja que tanto me gusta recordar a
pesar de que no me permitió grabar su relato, llevo plasmada su voz en mi mente,
recuerdo que cuando me acerque a hablar
sobre el tema de la guanchaca me quedé hipnotizada, me perdí en su profunda
mirada, él me extendió su mano como saludo y yo como estaba perdida ni siquiera
lo correspondí, al cabo de un momento reaccione. Me llamo Omar Suárez, mucho gusto dijo, soy el
coordinador del departamento de Seguridad de la Zona Centro. Me comentó sobre
la venta de puntas en el sector y la reapertura de los negocios clausurados por
hacer “mal uso de la licencia” supo
decir que antes de que un local sea clausurado se emiten notificaciones, si
ellos hacen caso omiso se procede a clausurar. Se multa como a todos aquellos que infringen
la ley, 300 dólares en el caso de incumplir varias veces y si la deuda no es
cancelada el valor acumulado puede llegar como tope a 29.000 dólares y si se reincide se emite a la Fiscalía y se
sigue un juicio por desacato.
Omar
me envió a que me proporcionaran más datos sobre cuantas incautaciones del
licor artesanal, operativos se han dado,
también el papel que desempeña la Comisaría con respecto a los problemas
suscitados (apertura de locales clausurados, venta ilícita de alcohol) pero se
experimentó profunda negación por parte
de la señora Comisaria.
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