Mi más dura batalla, el
cáncer
Por: Mariana
Morillo
El tema del cáncer me intereso mucho al ver
todas las campañas que se realizan actualmente para ayudar a las personas que
son diagnosticadas con esta terrible enfermedad. Es ahí el punto de partido
para mi investigación y para ello comenzare conociendo que es cáncer.
-Según la tesis realizada por Martha
Rodríguez paredes en la Universidad Pontifica Católica del Ecuador en las
paginas 22y 23 dice que el cáncer es una enfermedad de todos los vertebrados.
Del conjunto de las investigaciones modernas se llega a la conclusión de que se
trata de una alteración intrínseca de la vida celular.
Cuando
tuve en contacto que esta persona me interesaba mucho saber quemo había llevado
su vida desde el día que se entero que tenía cáncer hasta la actualidad, tal
vez para mí esto es muy difícil porque pienso que todas las personas que tiene
cáncer se van a morir. Pero al ver que las persona no solo sobreviven sino que
tiene vidas perfectamente normales. Que han aprendido a convivir con esta
enfermedad me impacta mucho.
La palabra cáncer siempre nos aterroriza, nos
da miedo, será porque lo vinculamos con la muerte, el dolor. Judith Villamarín
una ama de casa. A los 39 años fue
diagnosticada con cáncer a la tiroides. Han transcurrido casi diez años y hoy
dice ¡le gane al cáncer!
Llegue a un barrio del sur de quito con un poco
de dificultad pero ahí estaba la casa tal y como me la habían descrito días
antes, al llamar a la puerta salió una señora de una 40 años creí yo. Era una
mujer alta de una contextura ni delgada ni gorda, llevaba una vestimenta negra
la cual estaba cubierta por un delantal, su cabello era de color castaño claro,
casi rubio. Unos ojos grandes y muy bien maquillados, me recibió con una
espontaneidad natural, hace días atrás yo ya había hablado con la señora de lo
que se trataba esta investigación y cuál era mi interés así que me recibió con
mucha cordialidad.
Al ingresar a la sala me percate que era un
hogar con mucha armonía cada cosa en su lugar, todo muy impecable, tomamos
asiento y empezamos a platicar, ella tenía una postura muy tranquila a ratos se
le cortaba la voz cuando hablaba de esos días dolorosos.
Y de esta manera es que empieza a relatarnos lo
que implica convivir con el cáncer.
Los resultados de sus exámenes están listos,
usted lamentablemente tiene cáncer a la tiroides. Fueron las palabras más
dolorosas que recibió la señora Judith Villamarin. El día que recibí esa
lamentable noticia era la primera vez que entraba en ese consultorio amplio,
impecable de paredes blancas y cremas.
Una reacción de asombro mezclado con un miedo
corrió por sus venas, No sabía cómo actuar. Ella camino una y otra vez por los
largos pasillos de ese hospital, pensaba en sus hijos, su marido, en general en toda su
familia ¿Qué va a ser de ellos cuando muera?
-Al llegar a casa me esperaban las preguntas
frecuentes ¿Qué te dijo el doctor? ¿Cómo te fue?, preguntas dolorosas. Mientras
preparaba el almuerzo me preguntaba una y otra vez ¿Qué iba a responder’, pero
las horas transcurrieron, yo no tenía respuesta y ellos llegaron. Al responder
me mantuve fuerte pero al ver sus lágrimas rompí en llanto. No sabía lo que
ellos sitian por dentro y yo tenía miedo al pensar lo que podía suceder.
Los días pasaron y llego el gran momento, el
menos eso pensé, ya que esa no sería la primera ni la última vez que pisaría un
quirófano, desafortunadamente todas las veces serian por la misma razón, EL
CANCER.
Su
intervención quirúrgica ya tenía fecha, recuera claramente que entró en una
habitación oscura en la cual había muchas lámparas y doctores que hablaban
cosas que no entendía términos extraños me imagino que se referían a mi
enfermedad.
En medio de nuestra conversación llamaron a la
puerta era el Doctor Diego Reascos, esposo de la señora Judith Villamarin un
hombre de una apariencia muy elegante, ya que su vestimenta era un terno color
azul muy bien planchado que estaba cubierto por una gabardina negra. Al
ingresar a la casa me saludo muy atentamente para posteriormente tomar asiento,
al igual que su esposa el sabia de que se trataba esta conversación. Gracias a
él tuve la dirección y mi acercamiento con la familia.
El Doctor Reascos con una mirada perdida
recuerda como fueron esos días para ellos, lo difícil que fue su vida en ese
entonces y la tristeza que les producen estos recuerdos, pero aun así y nos cuenta:
-Cuando alguien que tu quieres se enferma
tratas de cuidarla, mas si es alguien con quien decidiste pasar el resto de tu
vida, mientras ella estaba en el quirófano pensaba cuanto la quería, en
nuestros hijos y en que podría pasar si ella no sale de ahí. Cuando el sonido
del teléfono me hizo volver a la realidad, era mi hija que ya no aguantaba la
angustia. Preguntaba una y otra vez por su mama, pero todavía no sabíamos nada,
de la misma manera recibí llamadas de varias personas entre ella Nancy mi
cuñaba y mi hijo Jordan. Casi al entrar la noche salió el doctor. Justo en ese
momento se congelo mi corazón. Todo cambio al momento de escuchar que todo
salió bien–
Esa fue la primera vez que entro en un
quirófano, al pasar varios meses la volvieron a intervenir. La segunda vez fue
en SOLCA (Sociedad de lucha contra el cáncer del Ecuador). La señora nos cuenta
que desde ahí empezó su calvario. Ya que tiene que tomar miles de pastillas
todos los días y cada seis meses le tocaba dejar los medicamentos por un mes
para después de ellos poderse realizar los exámenes correspondientes.
Este tratamiento la hizo sufrir mucho por que
tenia efectos secundarios, engordaba se hinchaba entre otras cosas, pero todo
iba de maravilla hasta que en el 2006 tuvo una recaída, otra vez las glándulas
cacerinas aparecieron, lo que es implicaba nuevamente al quirófano y mas
quimioterapias.
De un momento a otro sin darme cuenta en frente
mío se encontraba un joven bien parecido alto, blanco de ojos cafés claros, el
cual vestía un uniforme azul. Ya llegue es su grito habitual. Es Jordan Reascos
el hijo pequeño de este matrimonio, tiene unos 17 años. Se me acerco y me
saludo su asombró era muy notorio ya que el no sabía de que se trataba, pero al
igual que sus padres paso a tomar asiento en frente mío.
Se encontraba impaciente no sabía que me iba a
decir ya que le pedí que me cuente un poco sobre que sucedió cuando su mama fue
nuevamente diagnosticada con cáncer. –Nuestro mundo se vino abajo, otra vez a
lo mismo, la lucha no sirvió de nada. Todos estábamos devastados, no solo era
el cáncer sino que todo se nos unió nos robaron el carro entre otras cosas…. Lo
más admirable de mi mama es que nos dio
la lección más grande que pudimos recibir nunca se dio por vencida y siempre se
mantuvo fuerte.-
Creo que llegue en un mal momento justo ese día
estaban realizando los preparativos para la reunión familiar que se llevaría a
cabo el día 19 de noviembre para celebrar el cumpleaños de su primera hija, en
esta ocasión llamaron a la puerta era la señora Nancy Villamarin hermana de
nuestra protagonista.
La señora Nancy una mujer muy bien arreglada de
estatura pequeña, vestía con un abrigo negro el cual le cubría hasta la
cintura. Me levante para saludarla ella sabía de mi presencia pero cuál era mi
motivo no lo tenía muy claro, explique nuevamente el motivo de mi presencia
cuando sus ojos se llenaron de lagrimas,
justo en ese momento me di cuenta que esta enfermedad ha afectado a toda una
familia y con eso me refiero. Nuestra conversación siguió delante de vez en
cuando la señora Nancy sollozaba. Nos cuenta que el día que se entero de este
nuevo diagnostico esta el cielo nublado, al enterarse de esta lamentable
noticia lloro pero trataba de darle fuerzas a su hermana.
Para poder terminar con nuestra conversación la
señora Judith nos cuenta que lo que más le dolía de esta enfermedad es que
muchas veces se tuvo que alejar de sus hijos para que no les afectara. A los
ocho años de haberle diagnosticado cáncer a las toroides le dan el alta, pero
apenas dos años después nuevamente vuelve a los quirófanos estaba vez por
cáncer a la piel.
La señora Judith me conto que en esos días ella
tuvo una empleada que le ayuda con la casa y su cuidado pero la misma ya no
trabaja con ellos, así que me facilito sus datos para poderla contactar.
Yolanda Acuña es una mujer proveniente de la amazonia que con esta familia
trabajo alrededor de 5 años.
-La familia Reascos es muy unida y compresiva,
siempre me trataron de la mejor manera, yo puedo decir no fue fácil para ellos
conllevar con esa enfermedad había momentos que parecía que todo iba a acabar
que no había solución pero la esperanza de cada uno de los miembros de esa
familia la ayudo. Mis labores en esa caso fueron realmente sencillos ya que la
señora Judith nunca se postro en un cama siempre estuvo activa. Es una mujer
admirable…!-
Para poder concluir podemos decir que la señora
Judith Villamarin es un ejemplo a seguir ya que ella nunca se quebrantó frente
a esta temible enfermedad.
-Hoy le gane al cáncer, no porque no lo vuelva
a padecer sino porque cada prueba que tengo, la supero. Mi visión es clara no
hay peor lucha que la que no se hace y pienso que todo ha valido la pena
siempre y cuando este con mi familia.
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