Casos
de la vida
Por: STEFANNY ORTIZ
Un escalofrió recorrió el cuerpo de Eduardo al ser detenido por el
caso “Avalancha”. Todo empezó hace un año diez meses cuando el fue en busca de
su esposa María a la Policía Judicial de Quito (PJ) y se llevo la sorpresa de
que se había emitido una boleta de captura en su contra.
¿Y, ahora quien se hará cargo de los gastos, quien cuidaría a de sus
seis hijos si sus padres se encuentran presos?. Se pasea por el patio de la
prisión, Eduardo, la única salida que encuentro para olvidar mi martirio es
consumir droga, caigo en depresión y empiezo a fumarme una manzanita para
escapar de la tristeza que me rodea al recordar a mis hijos.
Las nuevas reformas del Código Integral Penal como toda reforma
tiene algo bueno y algo malo, el hecho de que las penas sean más fuertes ayuda
a que las personas tomen conciencia y puedan portarse mejor y que ya no cometan
nuevos delito, Piedad Almeida, Abogada del Centro de Rehabilitación Social de
Varones N 3 de Quito, afirma que
Piedad, no se puede negar que los centros les falta
infraestructuras, falta de algunos implementos pero también el interno tiene
ayuda psicológica, hace trabajos, esta compensado con deportes, se los organiza
el sistema carcelario en una mínima situación también los ayuda
Respecto a las visitas se ha tomado a nivel del ministerio de
justicia una nueva organización , la visita ahora entra a las ocho, ya no está
esperando afuera , se ha implementado unas carpas y se ha tratado de mejorara
en ese sentido y se ha obtenido un buen resultado, conversa la abogada.
Respecto a los estupefacientes no se puede negar, puede ser que a
través de las mismas visitas pasan esas situaciones, no está controlada en una
totalidad se ha tratado pero si existe.
En la prisión se les incauta las drogas encontradas y los guías
hacen un parte y ese parte se envía junto con la droga a antinarcóticos y un
escrito a nivel de los directores del centro para la investigación y al interno
si es una cantidad que sobrepasa el límite, si la droga encontrada es mínima,
se le manda a la fiscalía para que se le investigue y sigue el tramite
correspondiente, pero internamente el interno tiene parte y eso le quita
meritos para la rebaja de condena.
El “Puma”, 36 años de edad expendedor de droga, a veces quisiera
salir de aquí ser libre y poder disfrutar de la compañía de mi familia, pero
sin embargo no me puedo quejar, mi estancia aquí es llevadera el expendio de
droga dentro de la cárcel es mucho más rentable que afuera . Yo desde aquí
puedo mantener a mis hijos y a mi esposa.
La semana pasada el paquete de droga que me pasó mi señora se acabó
rapidito, lo único malo es que uno tiene que buscar la manera de trabajar para
subsistir, por ejemplo hay tres maneras de meter la droga. La más utilizada es
la de los zapatos, ¡uno tiene que ser pilas pana!. Los días que no son de visita tus familiares
te hacen pasar víveres, ropa y comida, después de la revisión dejan que guardes
la cosa es ese el momento oportuno para meter el paquete dentro de los zapatos con
cuidado de que te encuentren. De ahí se entregan las cosas al pasador y el nos
las hace llegar sin sospecha alguna. Otra de las maneras es tener un aliado
alguien de afuera que ingrese la droga sin problema, estoy hablando de los
guías penitenciarios y la última es que te lancen desde el Centro Provisional
de detención (CDP) al techo de los baños de la cárcel eso lo deben hacer con mucho
cuidado y a una hora especifica 18:00pm. Luego alguien va a tomarlo y el
producto llega a mis manos para su
expendio.
Con esto concuerda Peter, uno de los presos de la Cárcel N 3 de
Quito, arrestado por robo calificado, pasa la mayor parte del tiempo en el
calabozo para evitar el cobro de sus deudas, ya que todo lo que tiene se lo ha
fumado. Sobre su piel son evidentes las laceraciones y los moretones que le
dejan los mismos reos al agredirlo por no pagar el dinero que fía y debe a los
expendedores ilegales de droga. Sé que está mal y me meto en muchos problemas
pero es una necesidad inexplicable que tengo, la formas más brutal que han
tenido para cobrarme es cogerme entre cuatro, encerrarme a la fuerza en la
celda donde hay una viga donde traspasan una sabana y nos cuelgan como que nos
van a ahorcar , sientes que la vida se te va, te vas asfixiando poco a poco y a
mas de esos los cuatro te golpean puñetes, patadas para que aprendas a pagar
los cuatro o cinco dólares que debes a los expendedores, Peter. Su hermana
menor Alexandra es a quien acude cuando las deudas lo están matando.
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