Dos años son los que marcan la vida de los
jóvenes mormones que a sus 19 años inician un viaje, que tiene como objetivo el
fortalecimiento espiritual y la ayuda social.
Por Katherine Sánchez.
Luego de dos años lejos de su familia, Andrés Espinoza ya no es el
mismo niño que viajó a Guatemala, ahora ve el mundo de forma distinta, empezó a
pensar en su futuro, sus estudios, su vida profesional, incluso sus lazos
familiares se fortalecieron. Él, es uno de los aproximadamente miles de jóvenes
que salen diariamente a predicar la palabra.
Un misionero es un o una joven de 19 años en adelante, que deja a su
familia y amigos durante dos años para servir al Señor en diferentes partes del
mundo y compartir con las familias de su lugar asignado, la fortaleza de su
testimonio. Su preparación inicia desde niño, Andrés, misionero retornado, dice
que cuando él esperaba su carta misional o llamamiento, tenía pensado
diferentes países en los que le hubiera gusta servir. Sin embargo, los misioneros
no son quienes deciden el lugar, la decisión la toman en Salt Lake – EEUU, en
donde se encuentran las oficinas principales de la Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los Últimos días.
Andrés, quiso salir a la misión desde que era un niño, durante toda
su vida, sus padres le inculcaron el testimonio de la iglesia, lo que le hizo a
sus 19 años, empezar con el proceso misional. El 6 de marzo de 2012, a las 2H30
partió a Guatemala, la segunda ciudad más peligrosa del mundo. Su familia y
amigos fueron al aeropuerto a despedirlo, con lágrimas en los ojos y llenos de
orgullo pudieron decirle hasta pronto. A partir de ese día, su vida cambió
drásticamente, inició su vida misional en el CCM (Centro de capacitación
misional) y continúo en su lugar asignado, por un año ayudó a las familias de
Cobán, ubicado a 212 km de la ciudad. Durante su tiempo misional, tuvo
diferentes experiencias que ayudaron a fortalecer su carácter. Una de sus reglas es pasar las 24 horas del
día, los siete días de la semana junto a su compañero, debían tomar juntos
decisiones y compartir responsabilidades. “El hecho de que tú puedas ser parte
para que ellos puedan sentirse felices, yo creo que es una experiencia muy
importante en tu vida porque te ayuda a cambiar y ver las cosas de diferente
manera” dice Andrés, al mencionar su experiencia en Cobán durante su tiempo de
servicio.
Estos son los requerimientos para un futuro misionero:
Lista de Ropa Misional: Elderes
|
Lista de Ropa Misional: Hermanas
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§ 10 –
12 Camisas de vestir blancos (algunos de manga corta y algunos de manga
larga)
§ 2 Trajes de color oscuro, conservadores
§ 5 – 6 Pantalones de vestir
§ 5 – 6 Corbatas conservadores
§ 8 – 10 Calcetines de colores oscuros sólidos
§ 2
Pares de zapatos de suela gruesa, cómodo, conservador.
§ 8 – 10 Pares de garments del templo
§ Impermeable,
botas de invierno, si sea necesario
§ Abrigo
oscuro con forro, según sea necesario
§ Pijamas,
bata y pantuflas, según sea necesario
§ Engranaje
de clima fría (guantes, bufanda, orejeras, gorro de invierno, las térmicas)
si necesario
§ Impermeable
oscuro, plástico ligero o nylon
§ Suéteres,
color oscuro sólido, según sea necesario
§ Paraguas
§ Par
de sandalias o zapatos de baño
§ Equipo de afeitado
§ Desodorante
y otros artículos de tocador
§ Ropa
de trabajo y ropa de gimnasia (pantalones, camiseta, pantalones cortos,
zapatos deportivos, etc)
§ Botiquín pequeño de primeros auxilios
§ Alarma
(de cuerda o batería)
§ 2 Toallas, toallitas
§ Ropa
de cama con una funda de almohada
§ Mochila
|
§ 4 – 5
Trajes de diseño modesto: blusas, faldas, vestidos, chaquetas, chalecos,
camisetas, trajes. De media pierna. Nada de lo apretado al cuerpo, o holgado,
ni envolventes faldas, camisetas, polo, camiseta, vaqueros ni de cuero.
§ 12
Pares de medias de nylon o de la rodilla
§ 2 – 3
Pares de zapatos que son conservadoras y cómodas
§ 1 Par de zapatos del vestido
§ 1 Par
de botas de invierno, si sea necesario
§ 8 – 10 Pares de garments del templo
§ Artículos de higiene personal
§ Ropa
interior, modesta y duradera.
§ Abrigo de invierno oscuro
§ Pijamas,
bata y pantuflas, según sea necesario
§ Engranaje
de clima fría (guantes, bufanda, orejeras, gorro de invierno, las térmicas)
si necesario
§ Impermeable
oscuro, plástico ligero o nylon
§ Suéteres, según sea necesario
§ Paraguas
§ Par
de sandalias o zapatos de baño
§ Ropa
de trabajo y ropa de gimnasia (pantalones, camiseta, pantalones cortos,
zapatos deportivos, etc)
§ Botiquín pequeño de primeros auxilios
§ Alarma
(de cuerda o batería)
§ 2 Toallas, toallitas
§ Ropa
de cama con una funda de almohada
§ Mochila
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Gabriela Vinueza, miembro de la Iglesia SUD, piensa que ir a la
misión no solo ayuda a los y las jóvenes a fortalecer su testimonio, sino
también a fortalecerse personalmente, debido a que al vivir solos, deben
hacerse responsables de sí mismos. Ya no están sus padres para que los
orienten. Ahora ellos aplicaran lo aprendido en sus hogares, y adquirirán
nuevos conocimientos. Aprenderán también sobre las distintas culturas del
mundo, porque no solo compartirán con su compañero de misión, sino que
convivirán con la gente de su lugar asignado, y demás misioneros (cada uno de
un país distinto). Su madre Ana Montalvo, es quien ayuda a los futuros
misioneros con el envío de sus papeles. Ha visto a tantos niños irse para
regresar siendo todos unos hombres, que sabe que la misión es un gran tiempo de
conversión. Aunque para muchas personas, el irse a servir en la misión es una
pérdida de tiempo. Esto lo dice Coralía Pérez, quien cree que durante estos
años, los jóvenes deberían aprovechar para estudiar. Los misioneros viajan
después de terminar sus estudios en el colegio, y es por esto que ella piensa
que al irse lejos de sus hogares, están desperdiciando el tiempo que podrían
utilizar para forjar su futuro profesional.
Una camisa blanca, un pantalón de terno negro, una corbata, la placa
de identificación en donde se lee Elder Espinoza, una agenda diaria, y su
mochila, son los recuerdos físicos que quedan para Andrés de su vida en
Guatemala. Leyendo los mensajes escritos
en un cuaderno, de amigos que obtuvo allí, recordó que ser misionero le cambió
la vida. Vio la vida de una forma diferente, la violencia y en algunas familias la pobreza. Aprendió a valorar lo que antes no le parecía importante.
-
¿Crees que la misión hizo que
tu testimonio se fortaleciera?
-
Definitivamente es algo que si
te cambia, algo que me fortaleció un montón, yo creo que muchas de las veces
sobre todo en Guatemala, la segunda ciudad más peligrosa del mundo, hay un
montón de pandillas, de gente que quiere hacerte daño. Yo pude ver la mano de
Dios en todas las cosas, esa protección que él me ofrecía.
Prestar un servicio sincero, ayudar a las personas con problemas,
sacar adelante no a una iglesia, sino más bien a lo que en realidad importa: la
entrega de un ser humano por lograr un cambio en el mundo, es la principal
inspiración de un Elder. Su esfuerzo y dedicación se ve reflejado en las
familias que fueron parte de su servicio.
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