CRÓNICA
DEL TALLER
Gaya,
ciencia, cultura y sociedad
POR:
Betsabé
Bolaños
El lunes 4 de Noviembre del presente año
empezaron los famosos talleres en la FACSO. Iván cuenta que el día de las
inscripciones todos se estresan, corren, sufren por haber elegido un taller que
no es de su agrado, como les ocurre al resto de estudiantes que posee esta
Facultad. “Este sistema es una vaina” dice Jenny al darse cuenta que no constaba
en la lista que poseía el “profe”. Recuerda que el día 01 de Noviembre a las 10
de la mañana se habilitó el sistema, seleccionó el taller “Gaya, ciencia, cultura y sociedad”. El profesor encargado del taller fue Fabián
Potosí, en eso de las 11 de la mañana empezó a tomar lista: Agreda, Almeida,
Bolaños, Chase… Jenny levantó el brazo y
dijo ¿Profe yo no consto en su lista? El catedrático dijo ¿Está segura de que
se inscribió en este taller? Si profe. “Esta bien le pondré al final de la
lista”. Al cabo de un momento el maestro dice “chicos abran sus textos, ¿imprimieron la bibliografía de Edward Osborne Wilson? Todos los del curso
gritamos “sí”. Un datito por aquí, otro por allá y así transcurrió el día,
rápido pero lento, quizás fue porque mi amiga Stefy se encontraba en otro
taller. Llegó la hora de partir,
debíamos continuar con la lectura.
Al siguiente día todos debíamos encontrarnos
en la sala de audiovisuales, a las 8: 20. Yo como siempre iba tarde, el taxi amarrillo en el que me dirigía se
demoró demasiado en llegar al destino. Llegue
a las 9 de la mañana, mi profesor estaba como diablo en botella, algunos
compañeros también se retrasaron, sus ojos saltones que parecían dos pelotas
pequeñas, los dientes de oro, unas cuantas arrugas en su rostro denotan su
experiencia que lo hacen inexperto en un mundo lleno de nuevas vivencias, pero
hay que reconocer que sabe mucho sobre cultura andina y otros temas.
El profe estaba como alma que lleva el diablo
porque su solicitud había sido negada, no le facilitaron ningún aula
audiovisual para poder ver la película. “Chicos yo hice lo posible a ustedes
les consta, a pesar de que esta actividad constaba en el programa no se la pudo
cumplir, en vista de que no podremos ver la película deberán hacer una
actividad en clase tienen una hora es decir a las 9 y 45, regreso.” Luego de leer y sacar las ideas principales el
capitulo 25 y 26 del texto “La construcción de la sociedad” con Iván salimos a
comer canguil acompañándolo con un vaso de cola. Teníamos nuestras picaditas
porque el día anterior nos pusimos de acuerdo para traer alguna cosa y comer
mientras rueda la peli. Al cabo de un momento el profe llegó, bueno el aspecto
positivo fue que estaba mucho mejor, su
enojo se había esfumado, cuenta entre risas, su frente serena y firme, su risa
suave y callada, seguro de si mismo, su camisa resalta su rostro, que disimula
muy bien sus gorditos, mientras su cabello lacio destellan luminosidad, sus expresiones cautivan a todos los que escuchan
su relato sobre los mitos, la religión y la geo- cultura. Me recordó aquel tío
lejano que a pesar de las adversidades manejaba incluso los temas más serios
con una pizca de alegría, sin dejar a un lado el tema. Todos pasaron a exponer
y ya era hora de salida.
El día miércoles como cualquier otro día, fue soleado,
el curso estaba lleno no había donde poner un pie, aproximadamente nos
encontrábamos 25 estudiantes, Potosí dijo “chicos por favor entreguen sus
trabajos” luego van a exponer y podrán marcharse. A me olvidaba chicos el día
jueves y viernes no habrá asistencia, deben formar grupos de cinco personas,
cada grupo tendrá que escoger un tema, puede ser: arquitectura, pintura, música
sacra, etc. Tendrán esos dos días para preparar las exposiciones será más bien una
salida de campo, ahí visitaran las iglesias, los museos, admiraran las
pinturas, esculturas asignadas e
investigaran a fondo lo que les corresponde. Nos vemos el día lunes a las 10:00
en el aula 34 es todo por hoy” es la frase del profesor para terminar la clase.
Nuestro grupo decidió organizarse ese mismo
día, para salir al centro, nuestro tema fue la arquitectura de la iglesia de la
Catedral. El punto era tener libre esos dos días y prepararnos mejor. Entre risas
y conversas bajamos por la calle Bolivia, esperamos el bus. Para entrar al
centro nos encontramos con un “tráfico del diablo”, optamos por caminar.
Son las 11:00 de la mañana. Al llegar al
centro decidimos dividirnos para terminar pronto, unos van a la biblioteca,
otros al museo y los dos restantes a la iglesia. La hora de encuentro será a
las 12:30. A la hora pactada nos topamos, nos organizamos unos la historia,
otros la descripción y finalmente un comentario. El día lunes nos vemos una
hora antes para adjuntar todas las diapositivas dijimos chao, chao, cada cual
tomo diferentes rumbos.
Llegó el lunes todos nerviosos nos dispusimos
a exponer, algo emocionados y con deseo de que termine pronto la clase. “Adelante
chicos expongan, esta será la nota final del taller” dijo el profe. Todos los grupos expusieron, al momento que
uno de nuestros compañeros se encontraba exponiendo en sus diapositiva nos
percatamos que tenía una fotografía de la iglesia de la Compañía y no de la
Catedral que chascos, la pasamos enseguida para que el profe no se diera
cuenta, así termino nuestro taller entre risas.
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