El primo Juan
Por: Lenin Vilatuña
Las canas son de las iras que los alumnos le hacen tener,
sus manos rasposas y maltratadas son producto de tanto manipular las viejas
tizas de polvo del pizarrón de la clase. Usa lentes, pues los necesita para ver
con claridad las patojas letras de los niños de segundo grado que prenden a
escribir. Ella es Mercedes Cepeda, madre de familia y próximamente abuela de 55 años. Ha vivido siempre en el la
tranquilidad del pueblo de Tambillo, localizado a 35 minutos de la ciudad de
Quito, en el cantón Mejía. Entre las principales vías más importantes para el
transporte en el centro norte del país, la vía férrea, la Panamericana Sur y la
autopista General Rumiñahui. “Es una ciudad que camina paralelo al desarrollo
del Distrito metropolitano de Quito”
Como todos los lunes regresa muy temprano de la Unidad Educativa América y España de
Tambillo, escuela donde es profesora por
más de 25 años. Al llegar a la vereda de su casa, escucha un “ring” y abre con apuro las puertas, pues alguien llama al teléfono.
-
Buenas
tardes. Contesta amablemente, característico de una profesora.
-
Con
Mercedes Cepeda por favor, responde una voz que nunca antes la había escuchado.
Dubitativa y
pensativa. – Si con la misma, ¿con quien hablo?, responde Mercedes. De
inmediato entabla una conversación con el hombre desconocido, aparentaba es un
hombre de avanzada edad y muy cortés. Pregunta a la maestra que si no se
acordaba de él, nerviosa Mercedes, responde que no.
-
¿Que
no tienes algún familiar en Estados Unidos?
Mercedes suelta el primer nombre de un familiar que se le
ocurre que está en el extranjero.
-
¡Juanito!,
exclama llena de emoción.
-
Claro Merceditas, claro que soy Juanito. Es la
respuesta inmediata de tipo al otro lado de la línea
Juan Iglesias, primo de Mercedes, con el cual vivió toda
su infancia, no se había comunicado con
sus familiares desde hace 15 años, era obvio que su timbre de voz no iba a ser reconocida después
de tanto tiempo.
Después de varios minutos de conversación el primo Juan,
sacaba información, preguntando de la familia y de la salud, claro toda la
información es entregada fácilmente por la inocente maestra.
Tras anunciar su regreso al Ecuador, el primo Juan desea
que toda la familia este presente y unida tal cual él la había dejado hace más
de 21 años que lleva viviendo en Boston, Estados Unidos. Pide a la familia
Cepeda que se organizaran un gran recibimiento, con comida y fiesta, puesto que
llegaba con muchas sorpresas para cada uno de sus primos en Ecuador. Mercedes
intercambian números de teléfono celulares para mantenerse en contacto por si
surge alguna novedad en el viaje de Juan.
En la familia se comenta la llegada del primo. Acuerdan
preparar un gran recibimiento con bombos y platillos. En un bus de alquiler
irían a esperar a Juan en el aeropuerto.
Al siguiente día, son las 10 de la mañana, Mercedes, en
clase, recibe una llamada. Nuevamente el primo Juan a la línea, esta vez con
una mala noticia. Juan en su intento de regresar a Ecuador fue detenido en
México, debido a que traía mas de 50 mil dólares en efectivo y no tenía dinero
para pagar los impuestos de transporte de esa cantidad.
-
Merceditas
ayúdame, habla con el canciller de México para que pueda pasar. Son los ruegos
de Juan, mientras dicta el número del canciller
Mercedes ofrece ver que puede hacer por él. Llama a su
hija Diana, para que se comunique con el canciller de inmediato.
Cuando Diana llama y se comunica con el canciller, el
mismo que pide depositar de inmediato una suma de dos mil dólares para liberar
el dinero de Juan, es ahí cuando la astuta muchacha de 21 años, se da cuenta
que esta llamada es un robo, que el primo Juan no existe. Se comunica con su
madre y le informa que ni se le ocurra hacer una trasferencia bancaria, pues
el primo Juan nunca existió, solo era un
tipo que quiso aprovecharse de la pobre ingenua maestra escolar.
Minutos después llama, nuevamente Juan, a confirmar si se
lo ayudara o no. Mercedes, decida le dice que no, que nadie tiene esa cantidad
de dinero y cierra el teléfono. Esa fue el último contacto con el ladrón.
El alquiler del bus para ir a retirar al primo juan fue
suspendido. Esa misma tarde con la comida, y la fiesta lista, la familia
Cepeda, con temor y susto comentaban lo sucedido, aunque se sienten felices de
no haber depositado alguna cantidad de dinero en la cuenta del supuesto primo
Juan. José Rodríguez, de 56 años, marido de Mercedes, opina que este “es un robo inteligente, con mucho astucia,
donde gente sincera, humilde, que está preocupada por sus familiares es aquella
que está siendo perjudicada”. Y según recomienda la policía nacional en una
publicación en el Diario Hoy: lo mejor sería no dar información a ninguna
persona desconocida.
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