“Hace
un año que nos vimos mal nos quedamos aquí”
Fuente: Maritza
Alexandra Salinas/ Tesis previa a la
obtención del título de administrador gastronómico
en una integración.
Por: Iván Estévez
El
albergue San Juan de Dios se inauguró el 09 de diciembre de 1987, las personas
más pobres requieren el ingreso a este centro por varias razones, problemas de
trabajo, salud, entre otros. Además a este lugar son traídas personas que se
encuentran extraviadas, o a su vez, abandonadas por sus familias, e incluso emigrantes,
los llevan a este albergue policías o personas caritativas, los mismos que son
recibidos a cualquier hora del día.
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n el centro de Quito,
capital del Ecuador, se encuentra El albergue San Juan de Dios que acoge a más
de 300 personas al día. Está ubicado en las calles Tumbes N° 0e6-98 y Bahía de
Caráquez en el barrio “San Diego”, antiguamente se ubicaba en el barrio “El
Tejar”. Su labor es brindar un servicio a enfermos, indigentes, o personas que
se encuentran en calamidad domestica, y todo aquel que necesite de esta ayuda.
Además es una institución religiosa de confesionalidad católica y humanitaria.
Para las personas que se
alojan en este sitio la hora de ingreso es a las 18:00pm y la salida a las 6:00am. Los requisitos para ser aceptados es la
cédula de ciudadanía y una entrevista previa con la trabajadora social, luego
de esto se determina si la persona o familia son aceptadas en el albergue.
En cambio los adultos
mayores y personas que padecen alguna enfermedad y viven en este sitio “Son los
que perciben en primer lugar los alimentos, además tienen una área de descanso,
tienen el cuidado de enfermeras y una doctora de cabecera, cuentan con un
centro educativo en donde se enseña lenguaje de señas y también manualidades” dijo
José Peñafiel un colaborador del albergue.
Según la Tesis previa a la
obtención del título de administrador gastronómico de Maritza Alexandra Salinas
“Esta obra dio inicio con el Arzobispo de Quito, Monseñor Antonio González
quien hizo contacto con el viceprovincial de la orden hospitalaria de San Juan
de Dios para acordar la administración del albergue y todo esto se hizo
efectivo en Agosto del mismo año.
Además la misma tesis nos dice que “En el año
1997 se contacta con una ONG Juan Ciudad de España, con la que se logra
gestionar fondos necesarios para el proyecto. Se iniciaron las obras el 15 de
Mayo del año 2000, después de la adquisición de un terreno de 5000 m2 de
extensión ubicado en las calles Tumbes, en el sector de San Diego, y con el aporte
de la Agencia Española de Cooperación Internacional, la ONG Juan Ciudad de la
Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, hicieron realidad la construcción de
este centro asistencial. Y finalmente en Marzo del año 2002 se inaugura el
nuevo Albergue San Juan de Dios con la presencia de autoridades, hermanos,
colaboradores, voluntarios, acogidos, y a partir del mes de Julio del mismo año
se encuentra funcionando hasta la presente fecha y la misión continua”.
Fuente:
https://maps.google.com.ec
Por otra parte la Tesis
Análisis psicosocial de Andrea Cristina Ochoa Paredes nos dice que: “La mayoría
de las personas entrevistadas están contentas de residir en dicho albergue y
realmente comparten experiencias que les ayuda a sostener la mayor demanda como
lo es el desarraigo y por otro lado a entender la situación y el contexto al
cual se involucran”
Esta es la misión que lleva
a cabo el albergue San Juan de Dios dar hospitalidad a personas menos favorecidas.
También infunde organización, calidad, y respeto para los demás. Las personas
se muestran agradecidas con la labor que realiza este centro humanitario.
El sol está por ocultarse,
son las seis de la tarde. Largas filas en espera de que se abran las puertas de
su humilde hogar. El guardia anuncia que estén preparados con su cedula. Al fin
pasan todos, van con rapidez a las habitaciones a dejar sus cosas. El reloj
suena cuando dan las siete de la noche, es hora de merendar. Entre risas y
conversas pasan todos muy contentos al comedor. La comida es deliciosa,
saludable, y nutritiva. Luego de terminar su merienda son merecedores de un
placentero descanso.
Todos necesitan un baño para
aliviar su cansancio, pasan a la duchas de agua caliente que se abren de siete
a ocho de la noche. La cama los espera y entre conversas y murmullos todos
descansan esperando un nuevo día.
“La
comida es muy rica y es una ayuda muy bonita la que brinda este país, Dios los
bendiga. Hace un año que nos vimos mal nos quedamos aquí” explicó la familia
Baquero, emigrantes colombianos.
Por
otro lado existen personas que son abandonadas a su suerte. Luis Narváez cuenta
que fue abandonado hace dos años. Él es caleño, su esposa falleció y no tiene
hijos. “Vivo hace 22 años en Ecuador”, asegura con una mirada muy triste.
Sin
embargo, este lugar además de la vivienda, y salud brinda una comida muy
saludable tanto para las personas que
residen en el albergue, a las que no se
les cobra nada por la comida, como a las personas exteriores que se les cobra
$0.50 el almuerzo. “El almuerzo damos completo lo que es la sopa, el arroz,
frutas y en las tardes les damos pan. Las comidas son saludables, la mayoría
con verduras” manifestó Gloria Bedoya la administradora de la cocina.
Fuente:
Maritza Alexandra Salinas/ Tesis previa a la obtención del título de administrador gastronómico.
Raúl
Castillo Medina encargado de las donaciones y del pesebre se siente muy feliz
aportando a esta labor y forma parte de los hermanos de San Juan de Dios.
¿Cuál es la magnitud en cuanto a las
donaciones de las instituciones o de las personas particulares?
Por
el tiempo de navidad si ha aumentado las donaciones pero después de estas
épocas las donaciones bajan. Entonces nosotros los hermanos salimos a buscar el
apoyo de las personas.
¿Y en qué lugares buscan la ayuda?
En
los mercados, a la gente pudiente se les va y se les explica y sí nos
colaboran.
¿Qué tipo de donaciones les proveen?
De
todo, nos dan ropa, alimentos, medicinas, la buena gente si contribuye a
nuestro pedido.
¿Qué tipo de instituciones les
colaboran?
Los
colegios, también hay doctores que nos colaboran con medicinas que les sobra y
que ya están por caducar.
¿Y con instituciones del Estado, nunca se han
dado tiempo para vincularse?
Visitan
pero no nos ayudan en nada y si nos dan una colaboración nos condicionan, ponen
sus normas y demás.
¿Qué palabras nos diría para la gente
que no conoce esta realidad?
Bueno,
que vengan conozcan el albergue, esta es una casa que se le llama “La casa de Dios”, acá hay espacio para todos, para
los pobres, para los que piden limosna, acá la gente pobre siempre tendrá una
sopa, una cama decente, y decirles que nos apoyen.
Al
final, el albergue San Juan de Dios seguirá brindando su ayuda a los más
necesitados con la colaboración de varias personas que dan su apoyo a esta
labor social. “Hago la cordial
invitación a todas las personas para que vean lo que es el albergue San Juan de
Dios” dijo José Peñafiel.
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