Por: Coralía Pérez Y.
Miércoles 30 de octubre de 2013. Para muchos un día normal, pero no para los estudiantes de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador, quienes agitados se apresuran a decidir en qué taller se inscribirán teniendo como opciones: expresión corporal, oratoria, griego antiguo, semiótica del futbol, entre muchos más; puesto que, cada semestre, la Facultad brinda a sus estudiantes la posibilidad de, por una semana, poner pausa a sus actividades académicas regulares para asistir a los diferentes talleres .
Miércoles 30 de octubre de 2013. Para muchos un día normal, pero no para los estudiantes de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador, quienes agitados se apresuran a decidir en qué taller se inscribirán teniendo como opciones: expresión corporal, oratoria, griego antiguo, semiótica del futbol, entre muchos más; puesto que, cada semestre, la Facultad brinda a sus estudiantes la posibilidad de, por una semana, poner pausa a sus actividades académicas regulares para asistir a los diferentes talleres .
Son las 9:50 y Katherine Sánchez, junto a sus dos
amigas Carolina y Coralía, se prepara para inscribirse en talleres. “Bueno, vayan y nos vemos aquí a
las 10:30”, dice Fernando López, el profesor de Historia que respondiendo al
pedido de sus estudiantes para poder inscribirse, hace una pausa en su hora de
clase.
Ya en los centros de cómputo, la historia se torna compleja. Con todas las
máquinas ocupadas, Katy y sus amigas buscan a alguien que les ayude a
inscribirse en talleres, griego antiguo es la opción escogida por las tres
amigas. Coralía consigue ocupar una de las máquinas y en cuanto se abre el
sistema, con rapidez, digita el número de cédula de cada una de sus compañeras,
entra al sistema y en tan solo diez minutos las tres amigas están ya inscritas.
-“Les dije que no iba a ser tan difícil
matricularnos”, dice Carolina en tono jocoso.
-“¡Nadita!”, responde Coralía con una nota de ironía
en su voz, pero feliz de haber logrado matricularse, y las tres vuelven a
clases esperando el inicio de sus talleres.
06:00 de la mañana del lunes 4 de noviembre y Coralía
se alista ya para salir hacia la universidad. Después de una rápida ducha y un
ligero desayuno, ella y su madre se dirigen hacia la parada de bus. El tráfico
inesperado en el sector de El Condado y San Fernando las demora y Coralía, con
20 minutos de retraso, llega a su primer día de taller.
Al entrar al aula 31, su profesor Juan Carlos Jurado
la recibe con lo que ella después entenderá es ¡buenos días! en griego: “Kalimera”,
dice su profesor, le entrega una fotocopia del abecedario en griego y Coralía
toma asiento junto a sus dos amigas.
“En este taller el objetivo es conocer no solo el
idioma, sino también la cultura griega, así que, a más de aprender gramática,
veremos películas, realizaremos algunos juegos y tendremos incluso la visita de
un profesor de la Universidad Católica, que vivió siete años en Grecia y que
dictará dos charlas” anuncia el profesor. “Comencemos conociendo y practicando
el abecedario”. El primer día de taller pasa volando para Coralía y sus amigas,
quienes vuelven a sus casas con deberes por hacer y materia que repasar.
Los días
siguientes, martes y miércoles, las tres chicas se sumergen en el mundo griego.
Nuevas palabras aprendidas, arte griego, incluso gastronomía son algunas de las
cosas que han visto en el taller y que cada vez se torna más difícil pero
apasionante.
Llega el jueves y Agustín, el profesor de griego que
les dictará la primera charla empieza con su exposición. El Arte Griega es su
tema a tratar. La solvencia, la fluidez en el habla y en la lectura del casi
extinto idioma griego, impacta a Katherine, Carolina y Coralía quienes no se
desconectan de la exposición más que para acotar algo sobre el tema.
Al día siguiente, viernes, “La sexualidad para los
griegos” es el tema a tratar. Ya se siente que el fin de los talleres está
cerca y en un ambiente un poco más relajado, Agustín empieza su exposición.
Carolina intercambia algunas bromas con sus amigas y el profesor Jurado, quien
también asiste como oyente a esta charla.
-¿Qué les
parece hasta ahora?, pregunta el profesor Juan Carlos a las chicas-
-Súper bien profe, responden las tres al unísono, con
una risita final.-
Terminada la conferencia, 12:50 aproximadamente, Juan
Carlos Jurado dice: “esto es todo por hoy chicos, los espero el día lunes a las
10:00 para su examen final, no se olviden de estudiar en este fin de semana” y
así lo hacen Coralía, Katherine y Carolina, quienes el lunes llegan listas para
su examen.
Después de casi
una hora, las tres amigas entregan sus pruebas al profesor, le dan las gracias
por su paciencia en el taller, se despiden y salen hacia el patio, donde se
puede percibir en el ambiente, esa sensación de cuando algo finaliza y entre
risas, hablan de lo que fue el taller, y de lo que será su nuevo hemi semestre,
pues su semana de talleres ha concluido.
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